Abismo debajo del muro (壁下の深淵 Hekika no Shin'en?) es el vigésimo segundo capítulo del spin-off Antes de la Caída. Fue escrito por Ryo Suzukaze e ilustrado por Satoshi Shiki.
Resumen[]
El viaje a Shiganshina ha culminado, cruzando sus puertas, Jorge Pikale es recibido con respeto por los soldados locales. Un soldado dice que lo ve diferente a como lo veía en el entrenamiento y destaca que solo él ha matado un titán. El capitán a cargo les dice que es emocionante, pero el trabajo es primero. Cardina bosteza con relajo y despierta a Kyklo, Jorge les dice que aún falta para llegar al cuartel del Cuerpo de Exploración, así que tienen que ser pacientes. Admirando el distrito, Kyklo le dice a Cardina que siente que ha pasado mucho tiempo desde que vivió junto a Carla allí.
Desembarcando el coche estiran un poco los músculos, una voz conocida llama la atención de Kyklo, era Carlo Pikale, que hasta ahora no se había presentado correctamente, era el comandante del Cuerpo de Exploración. Ambos comparten una risa exagerada por la experiencia que vivieron juntos, una forma particular de tomarlo. Kyklo le agradece por salvarlo de la deportación, Carlo le dice que a quien debería agradecer es a Carla, luego de que le contara todo, Carlo contactó con su padre para que le diera una mano.
Cardina demuestra otra vez que conoce un poco de todo, delata los rumores de que aquel con la sangre del héroe Jorge, un soldado veterano era una imagen más diferente de lo que imaginaba, pero se sugiere a si mismo que es una especie de amigo para Kyklo luego de que hayan vivido esa experiencia cercana a la muerte, se siente un poco celoso. Cardina le dice que él todavía no se ha presentado, Carlo le da la bienvenida y le dice que está muy bien preparado por lo que le ha contado de él su padre, Jorge. Carlo los invita a comer al cuartel.
En el edificio, Carlo les dice que los preparativos para la operación están casi listos, como se realizará en la noche no se necesitan documentos formales. Kyklo nota que el edificio está muy vacío, Carlo le dice que no es muy importante, él le ha pedido a su padre que les envíe algunos soldados, mucho antes de la expedición se les pronosticó derrota, y los corazones de los soldados se quebraron al ver a los titanes. Luego de que terminará la expedición, muchos pidieron ser transferidos a las Tropas de Guarnición, y aunque en un principio esto no estaba permitido, nadie puede soportar ver a aquellos con el corazón en la garganta. No hay otra forma que continuar con las expediciones, de lo contrario la humanidad estará condenada.
Descansado lo que les restaba del día, Kyklo y Cardina se preparan para su misión. Kyklo le pregunta a Cardina si está listo, Cardina le dice que en el carruaje ya había descansado y luego un poco en el cuarte, estaba más que preparado. El descanso era necesario para lo que les esperaba, escalar cincuenta metros mediante una escalera en su entereza, vertical no era tarea fácil. Él llegar hasta la cima les quitó el poco aliento que tenían, aunque ya alguien los estaba esperando.
Para ella es un placer conocer a Kyklo y a Cardina, aunque ellos no saben quien es, su nombre es María Carstedt, miembro de las tropas estacionarias, era la prometida de Sol y amiga de la infancia de Ángel. Jorge les dice que ella estaba de guardia cuando él los salvó del exilio, María les dice que era lo mínimo que podía hacer. Además, María les dice que son tan lindos como su hija, e hija de Solm, Rosa Carstedt, aunque los corazones de los hombres estén muy concentrados en los titanes.
Kyklo y Cardina preparan sus equipos. Kyklo desenvuelve el paquete donde trajo el equipo y todos lo observan, el nuevo equipo modificado por Xenophon. Carlo les pregunta si no les resulta pesado cargar con él, Cardina le dice que Xenophon lo aligeró lo más que pudo, y podían moverse bien debido a que habían estado practicando. María sugiere cancelar por la apariencia del clima, es mejor hacerlo dentro de seis días que le pertenece de nuevo la guardia.
Kyklo alerta de dos titanes, uno de 5 metros y el otro de 3, Kyklo se lanza con el equipo hacia lo profundo. No dió la señal, pero concluyen en que ya llegó al suelo. Cardina decide bajar también, pero les pide que lo bajen con ayuda ya que no es tan ágil como Kyklo.
María comienza a preocuparse, Carlo le dice que lo mejor que puede hacer es orar por su seguridad. Mientras baja con un ascensor, Cardina se encuentra con un titán justo en frente de él.
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